65 años de parques nacionales naturales: sostenibilidad económica y comunidades de paz

Alan David Vargas-Fonseca

Durante el pasado 8 y 9 de noviembre de 2025 en la Reserva Natural de la Sociedad Civil El Encanto localizada en el municipio de Palestina (Huila) se llevó a cabo la conmemoración del aniversario N°65 del Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos, primer área protegida declarada del moderno sistema de parques nacionales naturales. (https://www.parquesnacionales.gov.co/sala-prensa/parques-nacionales-naturales-celebra-65-anos-de-historia-conservacion-y-legado-en-colombia/)

El sur del Huila es un territorio ambientalmente biodiverso, en donde han sido declaradas múltiples áreas protegidas y donde también ha florecido el registro de reservas de la sociedad civil. Esta riqueza natural, sumada a la presencia de comunidades campesinas y étnicas con una fuerte relación con el territorio, convierte a la región en un escenario privilegiado para consolidar modelos de conservación que integren sostenibilidad económica, protección de la biodiversidad y construcción de paz territorial.

En este contexto, los Planes de Ordenamiento Ecoturístico (POE) han sido un instrumento estratégico para consolidar las capacidades económicas de las comunidades rurales en armonía con las mandatos de preservación y conservación. La Unidad de Parques Nacionales, El Ministerio de Comercio Industria y Turismo (por medio de FONTUR) y las comunidades organizadas alrededor del ecoturismo han demostrado que es posible construir escenarios de conservación y gestión que, además de proteger la biodiversidad, puedan generar beneficios socioeconómicos para las comunidades locales y crear alternativas productivas sostenibles.

El diseño y actualización de estos POE en áreas con alta vocación de turismo de naturaleza busca aumentar el número de visitantes con intereses recreativos, impulsar la bioeconomía y dinamizar la economía local, en articulación con el Plan Nacional de Desarrollo y el Plan Sectorial de Turismo “Turismo en armonía con la vida”. Un eje fundamental de estos procesos es el reconocimiento de las comunidades étnicas y campesinas como aliadas de la conservación y la paz. Los proyectos se sustentan en acuerdos de consulta previa y compromisos con consejos comunitarios afro, comunidades indígenas y población raizal, reconociendo el turismo como una actividad económica principal que debe ser regulada para garantizar derechos, fortalecer la autonomía territorial y consolidar formas de gobernanza compartida.

El ordenamiento ecoturístico incluye diagnósticos, definición de capacidades de carga, zonificación, planes de manejo y sistemas de monitoreo de impactos, lo que permite disminuir presiones sobre los ecosistemas y prevenir daños ambientales y socioculturales, dando incluso respuesta a sentencias judiciales que reconocen a los parques como sujetos de derechos. Es preciso indicar que los POE se construyen de manera participativa entre Parques, comunidades y la cadena de valor del turismo, incorporando planes de acción a cuatro años con líneas estratégicas, metas, indicadores, presupuestos y herramientas de seguimiento. En territorios históricamente afectados por el conflicto armado, como Acandí, Bajo Mira y Frontera o La Macarena, el ecoturismo y el etnoturismo —avistamiento de aves, ballenas, tortugas, recorridos guiados, entre otros— se plantean como vías para diversificar la oferta turística de naturaleza, fortalecer la economía local y generar cohesión social.

De esta forma, la conservación se enlaza con la construcción de comunidades de paz alrededor del cuidado del territorio y de la sostenibilidad económica de quienes habitan estas áreas protegidas, dejando como cosa propia del pasado la idea de que los parques y las campesinas y campesinos realidades incompatibles.